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21/12/2016 Volver

El CES aprueba el informe sobre la participación laboral de las mujeres

  • Identifica las barreras estructurales que impiden una mayor y mejor participación laboral de las mujeres, y propone políticasnecesarias para avanzar en esa meta
  • Cerrar esta brecha es importante, además de por motivos de equidad, porque en un contexto, como el actual, de envejecimiento dela población, contribuirá a mantener una senda de crecimiento sostenible y una eficiencia económica
  • La tasa de empleo femenina acumula un aumento de 2,9 puntos en el bienio 2014-2015, frente a 4,2 puntos en la masculina
  • Entre las barreras estructurales, el informe cita entre otras la segregación educativa de las mujeres que escogen ramas conmenos salidas profesionales o el cuidado de la familia
  • En la batería de medidas, el CES insiste en hacer una política transversal coordinadaque afecte ámbitos educativos, culturales, fiscales, laborales, con medidas relacionadas con la conciliación familiar o temas de atención a la dependencia.Así mismo, se recuerda el papel determinante de la negociación colectiva para reducir esta brecha.

El Consejo Económico y Social (CES) ha aprobado en su Pleno del 21 de diciembre el Informesobre La participación laboral de las mujeres en España por una amplia mayoría de 43 a favor y 1 abstención. La situación de la mujer en el ámbito laboral es un tema recurrente en el CES queha elaborado, con éste, cuatro informes específicos: Informe 01/2011 Tercer Informe del CES sobre La situación de las mujeres en la realidad sociolaboral española; Informe 2/2003, sobre La negociación colectiva como mecanismo para promover la igualdad entre hombres y mujeres; y el Informe 4/2000 sobre Protección social de la mujeres. Junto a estos cuatro informes, el Consejo ha tratado la situación de la mujer de forma transversal en otros trabajoscomo el Informe 2/2014 sobre La situación sociolaboral de las persona de 45 a 64 años de edad, así como en apartados específicos en las Memorias anuales del CES.

El informe que ahora se aprueba realiza una radiografía de los efectos de la crisis en la situación laboral de la mujer. Aunque no se limita a una descripción de loocurrido, más bien pretende apuntar a las barreras estructurales que siguen determinando que las mujeres en España presenten menores tasas de actividad yde empleo, tasas de paro más elevadas, o mayores dificultades de carrera profesional que, entre otros factores, motivan la existencia de una brechasalarial que aumenta con la edad, todo lo cual repercute negativamente en sus futuros derechos de pensión. El objetivo del informe es identificar lasbarreras y obstáculos estructurales que impiden una mayor y mejor participación laboral de las mujeres, y las políticas necesarias para avanzar hacia esa meta.

La tasa de empleo femenina acumula un aumento de 2,9 puntos en el bienio 2014-2015, frente a 4,2 puntos en la masculina. Es una diferenciallamativa si se tiene en cuenta que en la UE 28 la evolución ha sido igual para unas y otros, con 1,7 puntos de incremento en ambos casos.

El trabajo parte del hecho de que además de las obvias razones de equidad, cerrar esta brecha es importante, en un contexto de envejecimiento de la población, paramantener una senda de crecimiento sostenible, pues es una de las vías para evitar los estrangulamientos por la escasez de población activa que se dibujana medio y largo plazo. Es, igualmente necesario para alcanzar mayores niveles de eficiencia económica, toda vez que las mujeres en edades jóvenes e inclusointermedias concentran ya tanto o más capital humano (atendiendo al nivel de las titulaciones alcanzadas y a indicadores sobre rendimiento escolar) que suscoetáneos varones

BARRERAS

El informe remarca que, pesa a que en los últimos 30 años la participación laboral de las mujeres, medida en tasas de actividad, ha aumentado extraordinariamente, siguenmás bajas que las masculinas, lo que apunta a obstáculos hacia una participación más igualitaria de mujeres y hombres en el trabajo remunerado. El CES analiza tendencias sociodemográficas, culturales, formativas y económicas que explican estasdiferencias.

  • El envejecimiento de la población femenina potencialmente activa, unido al hecho de que sean lasmujeres a partir de 55 años quienes, de forma mayoritaria, se encargan del cuidado de los mayores dependientes, puede llegar a convertirse, si se mantieneesta pauta, en un escollo para su plena participación laboral.
  • Baja tasa de fecundidad, con un número medio de 1,3 hijos por mujer, motivado por factores de contenido puramente cultural, como el cambio en las aspiraciones y las preferencias de las mujeres. Pero la prolongación dela etapa formativa y las circunstancias económicas y laborales, como la alta frecuencia de la temporalidad o la escasa estabilidad laboral de los jóvenes,se añaden también a las altas tasas de desempleo como causas más características de los últimos años.
  • A pesar de los cambios sociales y culturales, la posición de las mujeres en el entornofamiliar puede considerarse un factor explicativo de su situación en el mercado de trabajo, de la misma forma que su participación laboral condiciona tambiénsu trayectoria vital y familiar. Su creciente participación en el mercado laboral no se ha traducido de manera significativa en una menor atribución deresponsabilidades domésticas.
  • Las mujeres siguen mostrando más tiempo deinterrupciones que los varones a lo largo de sus carreras profesionales, lo que puede redundar, en determinadas circunstancias, en una relación más débil delgénero femenino con el empleo. Algunos hechos biográficos (entre otros la llegada de los hijos) que tienen fuerte asociación con la edad siguencondicionando la participación laboral de las mujeres. No obstante, las diferencias en el nivel de estudios serían más importantes que las derivadas de la edad. Así, por el coste deoportunidad, a mayores niveles de estudios, menor abandono del ámbito laboral.
  • El tipo de estudios, profesionales ouniversitarios, también determina la posición laboral de las mujeres. Se aprecia una concentración y segregación en el campo de estudios por sexo, siendo lapresencia femenina más baja en las denominadas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), disciplinas con mayor demanda potencial. Algo queminimiza la sobrecualificación femenina actual concentrada en determinadas ramas del conocimiento de menor salida profesional.
  • Condiciones de trabajo. Temporalidad. La incidencia de la temporalidad entre las mujeres asalariadas ha tendido a la igualación en el periodo reciente (en 2015la tasa femenina era del 25,8 por 100 frente al 25,6 de la masculina). Sin embargo, no supone una mejora de las condiciones de trabajo de las mujeres,quienes además se ven afectadas por una mayor frecuencia de contratos temporales de corta duración, es decir mayor rotación, y por mayores tasas deparo.
  • Condiciones de trabajo. Tiempo parcial. En 2015, el 25,2% del empleo total de las mujeres fue a tiempo parcial frente a un 7,9% de los varones. Además, seproducen dos características diferenciales con respecto a la media en la UE: una concentración mayor en España en algunas actividades de baja productividad,y una más alta involuntariedad del trabajo a tiempo parcial (71,9% en el caso de las trabajadoras españolas frente al 39,9% de la media comunitaria).
  • Condiciones de trabajo. Diferencias retributivas. La llamada brecha salarial, que segúndatos de 2014 supuso que la ganancia media por hora entre hombres y mujeres se situase aún en el 13%. Esta brecha apunta a la naturaleza estructural de diversos factores, entre ellos una diferente distribución del empleo de hombresy mujeres en sectores de actividad y niveles de ocupación. Pero también a unas trayectorias laborales que en el caso de las mujeres están condicionadas porlos periodos de maternidad y una mayor atención a las responsabilidades familiares.
  • Condiciones de trabajo. Duración y ordenación de las jornadas de trabajo. Afecta a la participación laboral de las mujeres, en volumen y características, y tienenfuerte incidencia en las posibilidades de conciliación de la vida laboral y familiar de las mujeres y los hombres. La duración de la jornada semanalefectiva, tanto para la media europea como para España, fue mayor en los hombres que en las mujeres, en torno a 6 horas más. Factores como la mayorfrecuencia de trabajo a tiempo parcial y una menor incidencia de las prolongaciones de jornada explican esas diferencias.

MEDIDAS PROPUESTAS POR EL CES

  • Reforzar la perspectiva de género en laspolíticas activas de empleo logrando una mayor integración con las políticas de igualdad por razón de sexo. Por una parte, impulsar políticas educativas y deempleo favorecedoras de una mayor presencia de las mujeres en todas las actividades y ocupaciones, especialmente en aquellas donde las tasas deocupación femenina son bajas o muy bajas. En este ámbito debería reforzarse el papel de la orientación profesional. Por otra, potenciar un enfoque decolectivos prioritarios mediante políticas específicas para aquellos colectivos de mujeres que presentan unas mayores dificultades para el mantenimiento yretorno al empleo.
  • Analizar, y en su caso revisar, los incentivosdirigidos a las mujeres para atender de forma más efectiva a las brechas que presentan en el empleo apuntando a sus causas reales, entre ellas lassituaciones relacionadas con la maternidad y los cuidados en el hogar. Entre ellas, un adecuado diseño y enfoque a grupos específicos combinados con medidasde formación y otras políticas de mercado de trabajo, como asistencia, orientación y seguimiento, evaluación de las empresas y los trabajadoresbeneficiarios.
  • Potenciar la participación de las mujeres en laformación profesional, no sólo en términos cuantitativos, sino combinando la formación con otras políticas de mercado de trabajo (orientación e información,incentivos al empleo). Sería clave un adecuado funcionamiento de instrumentos como los itinerarios personales de inserción.
  • ·         La menor dimensión relativa del emprendimiento yel empleo autónomo entre las mujeres, unidos a la evolución en los últimos años de los recursos dedicados a apoyar su promoción, deberían llevar a dar un nuevoimpulso a estas políticas mediante un refuerzo de los programas específicos y a través de una adecuada coordinación entre las Administraciones con competencias.
  • La ampliación de la cobertura de los serviciosformales de educación y atención a la primera infancia para los menores de 3 años (guarderías) debería ser una prioridad de las políticas públicas deconciliación en España.
  • Mejorar la intensidad de uso y accesibilidad alos servicios formales de atención en todas las etapas de la primera infancia (3 a 6 años), así como en etapas posteriores de educación obligatoria, yhacerlo principalmente con mayor cobertura de los servicios extraescolares.
  • Reforzar los instrumentos de atención a la dependencia, entre cuyos objetivos se incluye favorecer la integración laboral de las mujeres. Además, generaría paralelamente oportunidades de empleo remunerado en el ámbito de los cuidados personales y contribuiría a una mayorprofesionalización del sector.
  • El sistema de conciliación y corresponsabilidaddebería contemplar permisos retribuidos iguales e intransferibles para el padre y la madre.
  • Evaluación del sistema tributario en su conjuntodesde la perspectiva de la igualdad de género, para dotarlo de una mayor coherencia y alinearlo con el resto de las políticas dirigidas a fomentar laparticipación laboral de las mujeres y la corresponsabilidad de los hombres en las tareas de cuidados.
  • Los convenios colectivos y planes de igualdadostentan un papel cualificado para establecer, de conformidad a los criterios que se recogen en los Acuerdos Interconfederales, medidas destinadas afavorecer la participación de la mujer en el mercado de trabajo. Estos instrumentos de la autonomía colectiva, dada su proximidad a la realidadempresarial, deben constituirse en un mecanismo eficaz en la remoción de obstáculos que impiden una efectiva participación de la mujer en el mundolaboral.
  • El peor estado de salud de las mujeres a partir de los 55 años aconseja un mayor desarrollo preventivode la política sanitaria, prestando atención a la salud de las mujeres desde edades tempranas. Así, unido a los programas de cribado y detección precoz depatologías de gran prevalencia en la población femenina, sería aconsejable incrementar los esfuerzos en materia de promoción de estilos de vida saludable.
  • Reforzar la presencia transversal de la política de igualdad en todos los ámbitos de laacción pública. La eliminación de los estereotipos sexuales debe afrontarse con todos los instrumentos, evitando, entre otros, el tratamiento sexista de laimagen de las mujeres en los medios de comunicación públicos y privados. Como es urgente que los poderes públicos apliquen medidas efectivas en el sistemaeducativo para la concienciación acerca de la corresponsabilidad como uno de los valores-guía hacia el objetivo de la igualdad.
  • Mejorar la perspectiva de género en las accionesde información y orientación sobre oferta formativa y demanda laboral en los distintos niveles educativos, tanto de cara a reforzar la vía profesional traslos estudios secundarios obligatorios como para incrementar la participación de las mujeres en los ámbitos científico-técnicos.
  • Intensificar esfuerzos contra las diferenciasretributivas, dado que desincentivan una mayor participación laboral femenina, mediante un conjunto coherente y articulado de políticas: de empleo, educativasy de impulso a la conciliación de la vida laboral y familiar para mujeres y hombres en igualdad y corresponsabilidad. Junto con las políticas públicas, lanegociación colectiva debe tener un papel protagonista en materia salarial, clasificación y promoción profesional, en línea con los criterios recogidos enel Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (III AENC).
  • La negociación colectiva debe jugar un papelprotagonista en la ordenación del tiempo de trabajo en las empresas, aspecto clave para el ejercicio de la conciliación de la vida familia.

El texto íntegro del informe se puede consultar en Informe 05/2016 sobre la participación laboral de las mujeres en España